jueves, 8 de mayo de 2014

Entrevista con Veit Etzold, autor de "Final Cut"

Entrevista con Veit Etzold, autor de “Final Cut”, novela publicada por Plataforma Editorial, en Barcelona.

Veit Etzold (Bremen, 1973) estudió Filología Inglesa, Historia del Arte, Ciencias de la Comunicación y Dirección de Empresas en Oldenburg, Londres y Barcelona. En 2005 se doctoró con un trabajo sobre la película Matrix. Durante sus estudios y después de finalizarlos trabajó para medios de comunicación, bancos, como consultor de empresas y formador de directivos. Vive en Berlín.

Fecha y lugar de la entrevista:
7 de mayo de 2014, 9h, sede de Plataforma Editorial, Muntaner, 269, Barcelona

Esta vez sí que pude ir con los deberes hechos: novela leída y unas cuantas preguntas preparadas. También había preparado un mp4 para grabar la conversación y no recurrir a la memoria. No todo sale como uno planea, pero eso lo cuento después.

Llegué al lugar unos minutos antes, los suficientes para medio aposentarme en la salita destinada a la entrevista. A las 9 en punto apareció Veit. La primera impresión fue positiva, veía ante mí una persona tranquila y abierta. Tras un firme apretón de manos, nos sentamos a la mesa que llenaba buena parte del espacio disponible.

María Alasia, editora de Plataforma Editorial y que me había recibido al llegar, nos presentó y añadió:

—Viene de “Anika”, la web literaria que comenté, ha leído el libro y preparado unas preguntas para hacer la entrevista.
—Así será más interesante —respondió Veit—. Muchas veces no han leído el libro y me hacen preguntas como a qué hora escribo.
—Ya sé lo que ocurre a menudo, que echan mano de un cuestionario standard. Personalmente prefiero hacer las preguntas que me haya sugerido la lectura del libro.

Miré el par de hojas con las preguntas, escritas tal cual salían, y decidí el orden aproximado en que las haría. A partir de ese momento, la colaboración como intérprete de María Alasia fue fundamental, pues el español de Veit tiene algunas limitaciones y muchas veces recurría al inglés para expresarse. Igualmente con varias de mis preguntas, posiblemente demasiado complejas tal como las había formulado. No obstante, para lo que nos interesa, es mejor obviar esa fase de la comunicación, así que a continuación sigue la conversación directa:
—En “Final Cut” se enfrentan dos concepciones del tiempo: una es rápida y frenética; la otra es pausada y lenta. ¿Por qué ha optado por un desarrollo muy lento, que llega a desesperar, cuando lo normal en muchas novelas es mantener un ritmo intenso?
—Es así como concibo que debe ser un thriller, con una acción intensa, pero que a la vez invite a reflexionar sobre lo que está ocurriendo, que permita percibir hasta el mínimo detalle. Supongo que habrá visto películas de John Woo, ese es un buen ejemplo con las escenas a cámara lenta y los cambios de plano para abarcar todos los ángulos de la escena.
—Según he visto, la novela ha sido escrita originalmente en alemán; en la traducción al español aparecen bastantes expresiones en inglés. ¿Era así también el original?
—Correcto, además ocurre que el título original era Schnitt, corte en alemán, pero cuando iba a publicarse, el título ya había sido utilizado por otro libro y se optó por titularlo en inglés, Final Cut, tal como se ha publicado finalmente
—Como autor y tal como cita a Robert Ressler, usted también se tuvo que calzar los zapatos de asesino en serie. ¿Salió indemne de la experiencia o llegó a notar algún cambio en su propia personalidad?
—El autor tiene que calzar esos zapatos, pero solamente el tiempo necesario, sin dejárselos puestos más que para esos momentos, luego los tiene que dejar por completo, debe evitar el contagio.
—Me parece que la mención de Facebook no es nada más que propaganda para el libro, pues apenas hay alguna mención de pasada. ¿Cuál es su opinión?
—Es una red común, conocida por todos, y aunque su presencia real dentro de la novela sea reducida, es un paradigma de red social.
—O sea, está tan presente en nuestra vida normal, que se podría considerar como una palabra común.
—Eso es, hay otras denominaciones en el libro y esas sí que son ficticias, no se podía utilizar marcas comerciales actuales; en cambio, no ocurre igual con Facebook. Es como mencionar a Google, todo el mundo sabe a qué se refiere, es un medio más.
—Vale que el asesino haya instalado el túnel de acceso con un troyano, pues no podría identificarse de nuevo, pero que un servidor con ese ancho de banda contratado no tenga atención de 24 horas resulta extraño, ¿no le parece?
—Cuando consulté con expertos, intenté conseguir la máxima credibilidad en la trama y por eso fue que, al igual que ocurre con muchas páginas web, situé el servidor en un país extranjero, algo que normalmente traerá aparejados problemas de acceso y también de jurisdicción. Tanto se puede situar el servidor en Estados Unidos, como en China o en un país del sudeste asiático, siempre estarán lejos y costará acceder.
—Me ha parecido que corta el desarrollo de la historia demasiado rápido: una llamada inocente y sin mucho sentido pone a la detective sobre la pista, pero aunque comenta con sus superiores dónde irá, luego no saben dónde está y siguen una pista falsa, alejada cuarenta kilómetros del lugar preciso donde se encuentra.
—Sí que comenta hacia donde se dirige, pero al tratarse de información sobre una de las víctimas, aunque muy relacionada con Clara Vidalis, no relacionan ese hecho con el Sin Nombre.
—Tampoco se preocupan de localizar la antena emisora del mensaje.
—¿Cómo sería eso?
—Me refiero a que el área cercana a Berlín debe estar bien surtida y daría una idea aproximada de la posición, no exacta, pero que permitiría una aproximación hasta el área de influencia concreta de esa antena emisora.
—Sí, sería una ayuda, pero el tiempo corre en su contra y conseguir esa información también lo requiere.
—¿Considera que la forma de vivir la religión puede ser un problema psicológico para algunas personas?
—La culpa es algo que marca a las personas, entonces la confesión puede ser una liberación. Además, la religión es como hablar con alguien invisible, que no está allí, parecido a lo que es internet con las redes sociales, que nos comunicamos de manera virtual, incluso aunque nunca haya habido ningún contacto físico con esa persona y enfrente no tengamos más que un avatar, una representación.
—Cuando avanzaba la lectura, incluso percibía la sensación de que el texto inducía a pensar que las víctimas merecían morir, ya fuese por sus acciones o por su propia estupidez.
—Es cierto que algunas conductas pueden ser reprobables, ahora que esa idea de la estupidez, pues realmente sí que se pueden comportarse de ese modo; pero en ninguna circunstancia esa estupidez las hace merecedoras de la muerte. Hay personas fatuas, engreídas; no utilizan el sentido común y cometen estupideces que las pueden dejar expuestas a cualquier peligro.
(La entrevista fue por la mañana, el redactado del texto lo dejé para la tarde y el día siguiente. Entretanto eché un vistazo en Facebook. ¿Por qué digo esto? Sencillo, un par de amistades comentaban con todo detalle, incluyendo geolocalización de su ubicación, lo que iban a hacer después, dejando su domicilio expuesto a cualquier acceso no deseado.)
—Ha habido ocasiones en que cuando se mencionaba el miedo, me parecía un recurso para provocarlo en el lector. ¿Cierto?
—Totalmente, es el suspense, hacer que el lector entre en la historia y sienta lo que está sucediendo, que perciba los peligros de la situación y reaccione ante lo que se le presenta.
—Después de tantas precauciones con cada víctima, el asesino simplemente encadena, sin más detalles, a la detective. ¿Era eso necesario para que pudiese escapar y llegar viva al final de la novela?
—Bueno, en ese momento el Sin Nombre está apurado de tiempo, sabe que más temprano que tarde le encontrarán y su máxima prioridad es acabar su misión, pues si no lo consigue sería un gran fracaso.
—¿La popularidad puede convertir a alguien en trofeo de caza?
—Por desgracia, sí. La popularidad tiene esos inconvenientes. En el libro menciono el caso de Sharon Tate, que no sería tan conocido si hubiese sido una persona anónima, pues apenas llamaría la atención y se olvidaría enseguida.
—En algún momento me he preguntado: ¿de qué bando estaba usted realmente?
—De los buenos, claro está. Puedes describir crímenes o conductas reprobables, pero siempre has de tomar una posición moral y ética, dejando claro cuáles son tus convicciones.
Eché un vistazo al par de hojas donde tenía las preguntas, ahora casi todas marcadas y decidí que no procedía hacerle el par que quedaban, una por insustancial y la otra porque no me parecía de recibo atacarle cuando veía que el autor había aceptado sin reservas el duelo dialéctico.
—Me parece que ya le he planteado todas las preguntas que tenía preparadas, así que le haré una obvia y bastante común: ¿Tiene algún proyecto actualmente?
—Sí, se titula “Agony” y es un thriller psicológico, también con Clara Vidalis como protagonista, que se enfrenta a un caso bastante espeluznante y con un fondo satánico.
No dije nada, pensé que si “Final Cut” ya es un poco fuerte, “Agony” podrá ser francamente perturbadora.

El día iba a ser intenso para Veit y en breves minutos empezaría con el resto de entrevistas concertadas. Habíamos comentado abiertamente sobre su libro y las implicaciones morales contenidas en él. Recogí el mp4 que había grabado toda la conversación. Todavía no estoy acostumbrado a estos aparatos con un solo mando para todas las funciones, así que ¡zas! Toqué donde no debía y se perdió la grabación. Por un momento pensé que si me había fiado del aparato, tampoco me habría preocupado de memorizar la conversación, pero ese sexto sentido, que siempre está ahí, ya lo había prevenido y creo que, salvo algún detalle, he sido fiel a lo que estuvimos hablando.

Correspondía hacer alguna foto como testimonio del encuentro y María Alasia nos condujo a un lugar más atractivo y luminoso que la sala. Como siempre, el libro bien a la vista y mi típica imagen con la gorra puesta.

Antes de despedirnos, como no podía ser menos, le pedí a Veit que me dedicase su novela. A ver si es verdad y nos vemos pronto por la publicación de tu próximo libro. Suerte, Veit, hasta la próxima.

Selin

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario